Nunca se hubieran imaginado los Hermanos Grimm, cuando
escribieron su obra, que pasado el tiempo se editaría con ella, una recopilación de cuentos infantiles.
Ahora, alucinarían a colores, viendo que aquellos relatos que
trataban de enseñar a los adultos, son marcados como “sexistas”. Si
levantaran la cabeza, nos dirían cuanto poco leemos. Y si tuvieran la
oportunidad de volver a nacer, lo harían en otro planeta, porque éste, la verdad…, se
les antojaría harto impresentable y poco atractivo a pesar de su intenso color
azul.
Si nos parásemos a pensar lo que es un día en la vida de la
tierra, veríamos que cada minuto cambia su fisionomía. El viento lleva el
fértil polvo de un continente a otro, las mareas remodelan las costas, el hielo se funde en la superficie.
Está en continuo movimiento y lleno de tuertos visionarios.
La pregunta es, si no ha enviado al Covid19 para abrirnos la mente y que los fantasmas se
pierdan en la tontería.
Fotos: Google
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