

Para
no pensar cómo será empezar “una nueva normalidad” sin tantos desamparados
que no volverán, me sumerjo en los momentos vividos no hace muchos meses,
cuando visitamos La Patagonia. Mil cosas
conocimos y mil y una aprendimos allí.

Audaces
y elegantes, transmitían con la mirada,
que éramos nosotros los exóticos
ocupantes del lago.
Ellos
son fronterizos. Conformados con los gélidos vientos de los Andes, viven entre
Chile y Argentina y, toda la
tierra, agua y aire son suyos. Han
acotado su espacio porque están en peligro de extinción y a los nativos, los dejan vivir allí por pura
generosidad.
Tardaremos
en volver, pero lo haremos para conocer en profundidad esta asombrosa tierra, su
hábitat y sus habitantes.
Mientras
tanto seguiremos reprobando a tantos deambulantes que ponen en peligro su vida
y la de los demás.
Fotos: mis archivos
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