http://www.letrascomoespada.com/concursos/memoria2017/julio2017/finalistas-julio2017-microrrelatos-mesa-de-ocana.pdf
Sígueme
La mañana estaba radiante. Invitaba a salir y
disfrutar de la naturaleza, pero Jaime no lo apreció. Cabizbajo, cómo alma en
pena, se dirigía a su trabajo ahogado por la injusticia; encorvada
su espalda, no podía pensar. No veía luz al final del
túnel.
Absorto, no percibió la pizpireta imagen que le
acompañaba, hasta que ésta le susurró con cierta picardía: «Sígueme y te
salvarás».
Miró en torno, estaba solo. No obstante, la sombra se
alargó y dobló la esquina. Receloso, la siguió.