Lilas,Tan frágiles como hermosas |
Se
fue abril definitivamente. No nos dejó sus “aguas mil” como dicen nuestros
mayores, pero si se ha llevado consigo a unos cuantos miles… Al cielo dicen los cristianos; Yanna, para los
musulmanes; al Valhalla dirían
los vikingos. Cada cultura tiene su espacio etéreo donde los suponen más
felices.
Nos
resistimos a pensar en el más allá. No podemos imaginarlo siquiera, porque si
es bueno pues no tenemos con qué compararlo, pero siendo malo, ¿qué puede haber
peor que lo que conocemos? Ni siquiera
el “infierno” tiene cabida.
¿Puede
haber mayor desdicha que saber que estando en el mundo de paso, somos tan
necios de echarlo todo a perder, por
alcanzar un poquito de poder? ¿Nuestro poder, que si o si, es efímero? Somos
beligerantes por naturaleza y nos metemos en guerras, aunque nos amenace la
extinción.
Hemos
visto lo frágiles que somos. Llevamos en estado de alarma, una cuarentena de
más de cuarenta días, en los que si nos ponen normas las saltamos y si las
flexibilizan, lo criticamos
igualmente. Sabido es que, nos es más
fácil culpar al “otro” que asumir nuestra propia responsabilidad y actuar en
consecuencia.
Si
en estos días de confinamiento no hemos superado ni esa estúpida actitud, ¿Qué haremos cuando podamos salir a la calle, aunque sea en semi-libertad?
¡Saldremos de esta reforzados, reinventados,
aprendidos! Pura poesía para oídos
sordos. Palabras baldías con las que justificamos lo injustificable, si no ponemos los medios para que sean verdad.
O
nos sentamos en nuestras casas, solos, con nosotros mismos y nos mentalizamos
de que al virus se le vence con antivirales y
vacunas adecuadas, y para eso, nuestros científicos necesitan el tiempo
de nuestro confinamiento, y de nuestro sentido común a la hora de ir saliendo, o pasaremos oleada tras oleada en las que el
mar se volverá a llevar a nuestros mayores y no tan mayores.
Empieza
mayo. Mes de las flores. ¿Qué traerá o se llevará?
Foto: T.Z.
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