Atrás
quedaron los días de nieblas y frio, de perplejidad
y miedo. Ahora, aunque el sol llega envuelto en nubes, parece que tenemos un poco de luz, aunque no
sabemos qué pensar.
Es
invisible, un espectro que espera agazapado, amenazante, al que tenemos que
buscar la vuelta mientras ampliamos fases
de la desescalada, para activar la economía, con mayor apertura de
comercios y servicios. Y nos vemos nadando entre dos aguas en pro de la economía que se está ahogando y que nos
arrastrará tan cruelmente como el Covid 19.
En el siglo
XIX lo hubieran entendido mejor, porque estaban acostumbrados a moverse entre
espíritus y fantasmas que acompañaban por doquier a las señoras y señoritas atacadas por una fantasía
que se hacía dueña de la casa, hasta que descubrieron el remedio contra la histeria. Que, no obstante, también
sufrían los señores.
Lo reflejó
muy bien Gaetano Donizetti en la ópera
“Lucia di Lammermoor”.
Fotos: mi archivo
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