No
os voy a contar la historia de la torre
de la catedral (archiconocida por todos vosotros), pero sí, que tiene una forma singular. Se
comenzó a construir en el siglo XV, sin la intención de parecerse a la de
Pissa, aunque goza de una ligera inclinación.
Cuenta
la leyenda que alguien avisó al
constructor de que su obra se alzaba torcida y
viéndola de lejos, apreció la deviación. Avergonzado de su poca pericia,
huyó de la ciudad dejándola sin terminar. Probablemente, la causa de su marcha,
sería que en aquellos momentos la fábrica de la catedral no dispondría de
liquidez suficiente y la obra se suspendió,
reiniciándola bien entrado el siglo XVI.
No
obstante, si os fijáis en muchas fotografías que circulan por ahí, se la aprecia un tanto inclinada. ¿Será que lo
está, o es un efecto óptico en las tomas de las mismas? Ahí lo dejo.
Siento
que nosotros no, pero los otros, los que llevan el timón y los que lo quieren
llevar, pierden la perspectiva de la realidad.
La natural inclinación hacia el sillón del poder, hace que pierdan el
equilibrio y la rectitud. ¡Qué miedo me
dan!
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