Y pasan los días, y cosas importantes
se suceden con ellos. El mundo teme por
la inestabilidad económica provocada por el covid19, cada país recurre al otro
para subsanar sus carencias. Este es el caso de Europa y la cumbre de los 27.
Una comunidad con sus brechas y sus parches, y cada vez más inestable. Pero…,
decididos a continuar la lucha y sacar a
sus ciudadanos del tsunami que los ha
alcanzado.
“Y alrededor del trono había veinticuatro tronos, y vi sentados en los
tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro
en sus cabezas.” Apocalipsis 4:4
Muchas horas de trabajo, de lucha,
de acuerdos y desacuerdos y al fin…, de unidad de criterios en pro de los
europeos, quienes atentos, esperan las
ayudas que, como el maná, salvó a los
israelitas. Atrás quedan los egipcios con sus voces incendiarias y
crispantes, incapaces de cruzar el mar por no mojarse.
Un proverbio árabe nos enseña que: “el
hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras”. Lo malo es que
algunos, enrocados en sí mismos, desdeñan
las enseñanzas que vienen de fuera, a lo
mejor las consideran migrantes, y claro… no son propias de sus creencias.
“y los veinticuatro ancianos se postraron
sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos”.
Apocalipsis 5:14
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