"Los libros son las abejas que llevan el polen de una inteligencia a otra".

James Russell Lowell (1819- 1891),

poeta y crítico estadounidense





sábado, 4 de julio de 2020

Escucha Sancho…

 
La Calumnia de Apeles (1495)
  Botticelli
Todavía suena en la  radio, fuente de sabiduría, aquella  antigua  canción infantil que, sin duda, ha hecho las delicias de infinidad  de niños y que con ella, aprendían sin darse cuenta, cómo,  los  protagonistas cantaban felices  hasta que alguien llegaba y les  despojaba de su dicha. Un ejemplo gráfico, a mi modo de ver, de  la  silenciosa, e invisible envidia:  
 
                        “la mosca a la rana que estaba
                          cantando debajo del agua
                          cuando la mosca salió a cantar

                          vino la araña y la hizo callar”   (fragmento)

Los padres de antaño no llevaban a sus hijos a los psicólogos, entre otras cosas, porque no existían como ahora los conocemos. Pero disponían de un filón incalculable de filosofía y psicología popular con la que a sus hijos enseñaban, jugando, cantando…etc.

La envidia benigna, aunque cuestionable,  resulta motivada por los buenos deseos, según dicen los estudiosos del tema. En cambio, la envidia perniciosa surge de una admiración infame, conduce al rencor y al odio, incluye el deseo de que el rival pierda lo que posee.

Suelen ser personas toxicas las que portan este lastre. Su apariencia angelical te envuelve con su sonrisa y te atrapa como la araña a la mosca. Poco a poco va despojándote de tus alas, tus uñas, tus dientes…, y te conviertes en un ser indefenso ante sus deseos. Como por arte de magia, tu entorno familiar y de amigos se va reduciendo, sin saber cómo, un día te das la vuelta y no tienes a nadie. Porque te alimenta continuamente con su  rama de azúcar, sin descanso, hasta que te haces dependiente de sus deseos… Y..., la araña solo quiere a la mosca para ella, hasta que se la come del todo y  busca otra…, y otra…, pero tú, ya no lo ves.

Fragmento de "El Jardin de las delicias
  (El Bosco)
Este pecado capital, tan antiguo como la propia humanidad,  ha sido representado por  artistas de diferentes ramas, quizá, para protegerse a sí mismos y a cuantos mirasen las obras.

También Cervantes la plasmó en un pasaje del “Quijote”:

«¡Oh envidia, raíz de infinitos males, y carcoma de las virtudes! Todos los vicios, Sancho, traen un no sé qué de deleite consigo, pero el de la envidia no trae sino disgustos, rencores y rabias»







Fotos: Google




No hay comentarios:

Publicar un comentario