Ensayo virtual del Orfeon Calagurritano |
Se pasan los días en un amén. Hemos adoptado una especie de
protocolo en el que no cabe espacio para perder el tiempo y transformar nuestra rutina en una nueva.
A las salidas y entradas cronometradas y controladas
por estrictas medidas higiénicas, se suma la continua espera de nuevas noticias en
cuanto a la evolución de la epidemia; sortear la infodemia que prolifera a diestro y
siniestro; las siguientes comparecencias…, y los desatinos de
la disociación política entre otras tantas mil cosas.
Llueven iniciativas culturales de todo tipo:
plataformas, no solo de teletrabajo, también para que los grupos culturales de todos los ámbitos puedan
compartir su saber y entretener, formar
e informar al resto de gente. Desde el ejercicio físico, al literario,
musical…etc., ofreciendo distracción
para que llene las horas muertas.
Las redes sociales se han desbordado con toda clase de ofertas,
han crecido exponencialmente, de tal manera que
para no perder onda, las tienes que intercalar con tus actividades;
domésticas y lúdicas con tus propios grupos en los que interactúas
con el mismo afán. Hemos entrado en una
vorágine tal, que necesitamos los días de 48 horas. Así de claro y así de
fácil.
No se cómo hacíamos antes para
llegar a todo. Porque ahora, o nos falta
tiempo, o vivimos en una realidad aumentada.
Pasan los niños en sus patinetes,
otros, agarrados a sus muñecos y de la
mano de su padre/madre. ¡Qué felices, sensatos, educados se les ve! Caminan de
otra forma. Da la sensación que para ellos ha habido un antes y un después.
Viéndolos, me olvido de todo lo demás.
Fotos: mi archivo y Google
No hay comentarios:
Publicar un comentario