Esta
mañana, el amanecer ha llegado con otro colorido. Parece anunciar que los tiempos son cambiantes y van a cambiar.
Así
lo esperamos, porque si perdimos la oportunidad de viajar y practicar senderismo en abril, con las nuevas perspectivas, quizá
estemos a tiempo de recuperar el calendario de mayo. Cuando menos a lo que a las marchas senderistas se refiere.
Cada
año, los pueblos cercanos abren sus espacios para ofrecer la riqueza de su
paisaje y su gastronomía. Organizan recorridos en su entorno y allí encuentras:
historia, flora y fauna, rica cocina y
sobre todo el calor humano del que durante el año, enfrascados en nuestra
cotidianidad, obviamos.
No
vemos llegar el 2 de mayo (fecha memorable y singular), donde se supone, si
todo sigue bien, empezaremos a salir y enseguida, más pronto que tarde, a disfrutar de este singular evento turístico.
Seguro
que los cientos de vecinos que participamos no podremos formar grupos como
antaño, porque tendremos que respetar el
alejamiento necesario. Aprenderemos entonces, que los tiempos de formar “piña” han pasado, que tenemos que
reinventarnos para intercambiar nuestros
anhelos de otra forma. Nos daremos cuenta de lo importantes que son los móviles
y sus aplicaciones en realidad, y los usaremos de forma distinta a la que conocemos.
En
la separación, durante la caminata, el wasap nos ayudará a estar comunicados y
transmitirnos lo necesario, lo útil, lo esencial. Es cuestión de ampliar la
mente.
Mantendremos
las amistades que teníamos, las que encontramos en anteriores marchas, y las que encontraremos en las
futuras.
¿Será
el ensayo de otra manera de viajar?
…iremos probando…
Lo dijo Ray Bradbury:
“Hay que inyectarse cada día de
fantasía para no morir de realidad”.
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