Cuentan, los que tienen memoria, que se ha pasado la vida remendando su casa. Y continua, sin descanso, zurciendo viejas y nuevas heridas que tras miles de guerras, epidemias y más guerras, se le han amontonado.
Con el paso del
tiempo, el esfuerzo empieza a fructificar, se siente orgullosa de cuanto ha
conseguido, incluso está preparada y a la altura de recibir las visitas más
refinadas. Hasta se ha procurado y guardado varios frascos de golosinas, que
tendría que buscar, por si vienen niños a verla.
Sin esperarlo,
llaman a la puerta e invaden su hogar. ¡Tan limpio y remozado! Busca los caramelos, pero se han esfumado.
Desperdigados
por diferentes estados, viven haciendo
las delicias de aquellos que los recibieron con los brazos abiertos porque sus
cualidades eran óptimas.
No sirve sacar punta a las cosas, porque las convierte en armas, pero recordar
algunas de ellas, es un buen ejercicio mental.
Recordemos que a partir de la crisis del 2008, se produjo un
gran éxodo de profesionales que, en nuestro país no tenían cabida: sanitarios, científicos
e investigadores, ingenieros, matemáticos…, de las artes y las letras…etc., tuvieron que abrirse camino en otros países,
porque en el nuestro no tenían posibilidades ni para estudiar, ni para
investigar, ni para promocionarse en sus respectivas carreras. “La fuga de cerebros” fue más que considerable.
¿Habremos aprendido la lección? ¿Proveeremos al sistema
sanitario de lo necesario?, ¿y a las
universidades?, ¿y a cada departamento de cuanto necesite, para que no pase
como con los caramelos?
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Fotos:mis archivos y Google
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