
No obstante, me callé y
seguí escuchando. Al cabo de un rato de verborrea, comprendí que era su propio coraje el que hablaba y hablaba y, aunque nada parecía tener sentido, sabía que entre sus parábolas e hipérboles, afloraba el inmenso amor
que intentaba esconder.
Detrás del sarcasmo, se
ocultaba la longanimidad. Por eso, conseguía que la tratase, no con desdén,
sino con toda la generosidad que se
merecía.
https://cincopalabras.com/2020/08/09/escribe-tu-relato-del-mes-de-agosto-ii-alex-rovira-alexroviracelma-escritor-economista-y-divulgador/#comment-7119
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