¡Jueves! ¡Otro más sin
mercadillo! Ya son tres y todo indica que veremos alguno más. Me pregunto, cómo
sobrevivirán los ambulantes que ya no pueden ir de pueblo en pueblo vendiendo
sus mercancías para ganarse el sustento. No puedo saberlo, ni imaginarlo.
No hace muchos días que
la primavera llamó a la puerta y la dejamos pasar sin mirarla siquiera; y es
que, estamos inmersos todavía en el
invierno. Un largo invierno que amenaza
con quedarse. Creo sinceramente, que está en nuestra mano, abrirle la puerta
para dejarle salir, si aceptamos y cumplimos nuestra parte de responsabilidad.
Cada uno la que le ha tocado.
No
quiero hablar de casos contagiados, o fallecidos, o del crecimiento exponencial de… Nada de eso.
Ya están los medios de comunicación para ello. Puntuales noticias que se unen a
bulos y memes que infunden esos graciosos de rancio abolengo, estúpidos
de los pies a la cabeza. Son como vías de
agua en el sistema, que el cuerpo policial se esfuerza en reparar; pero encuentran
dificultades, muchas, porque la estupidez humana es más difícil de solucionar
que ninguna otra avería. Así de tóxicos son. Pero, tampoco me quiero detener aquí. Ya están
los profesionales para solucionarlo.
Me
viene a la cabeza la fábula de “el anillo del rey”. Interesante relato que nos
recuerda que todo, lo bueno y lo malo, todo pasa. Lo que conocimos como bueno pasó, y la
situación que vivimos como una pesadilla, también pasará.
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