¡Se terminaron las fiestas! Se lamentan unos y se alegran otros. Acaban con la fiesta mayor, el día grande: festejos y misa en honor a los Santos Patronos.
Todos los calagurritanos los veneramos ahora, conocedores
del relato que, a través de 1700 años, nos ha sido contado: que fueron perseguidos,
vilipendiados, encarcelados, martirizados y asesinados en el arenal del rio
Cidacos por no querer renegar de su fe cristiana. Por no comulgar con otras ideas.
Sin embargo, trascurrido este largo periodo,
vemos que en lo fundamental no ha cambiado nada. Que sigue ocurriendo lo mismo.
Más o menos
sangrientos, los acontecimientos tienen idéntico tinte de poder y sumisión.
¡O, estás
conmigo, o contra mí!
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