Se extiende el aceite en una balsa que, aunque convulsa, va aceptado su mancha de orilla a orilla. Deja caer en su discurso, entre palabras bíblicas y convincentes, la intención de cambiar la faz del país.
Y la red nos envuelve y recoge nuestras ideas y nuestros pensamientos, a la vez que nos entrega sus intenciones, otras opiniones inductoras al cambio, en medio de un feedback recurrente y necesario para sus propósitos.
Y
de repente, un día que amanece como otro
cualquiera, te encuentras que todo el mundo ha hecho su intercambio, no sabes
cual, pero ya se acepta el pulpo como animal de compañía. Y, aquello de: “arrepentimiento
y propósito de enmienda” para perdonar los pecados queda relegado, y solo recae en la suela de los pobres y
desvalidos que aún trabajando de sol a sol en aquello que se les deja, no les
llega ni para comer.
La
élite, la casta, se queda al margen de toda ley. Inmunes a todo, como siempre y
desde que el mundo es mundo.
Luis
Eduardo Aute fue poeta precursor y perspicaz, tiempo ha; y como él, seguiremos sin
renunciar a nuestro desvarío de besos y
quimeras.
https://www.youtube.com/watch?v=avZLyLofly4
Fotos: misx archivos
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