Lunes, segundo día de Pascua. Dia de reflexión y reposo. Es aquí, en este momento, cuando los costaleros se toman el merecido descanso y juegan a las cartas después de una grata comida de hermandad, donde entre vitos y vítores, se jalean mutuamente porque han mantenido su fe y su fortaleza para pasear las imágenes por toda la ciudad.
Ellos, los portadores,
representan esos momentos de superación ante cualquier debilidad. Y viéndolos
pasar, nos imaginamos que nosotros también, a nuestra manera, soportamos
nuestra cruz y la paseamos -invisible ella- por la vida, sin lamentaciones ni
llantos.
Siempre amparados en el
ejemplo de Quien, siendo sobrenatural, vino al mundo sabiendo su destino y
recorrió el desierto de las dudas que como humano sufrió, pero que su divinidad
sostuvo el éxito del tránsito.
No somos divinos. Somos humanos amparados en su mirada. Pecadores de la pradera.
Fotos: mis archivos
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