Inmersos en el cosmos, diferentes
pueblos observan el lento retroceso de la flora y fauna del viejo planeta. ¡Cuánto han perdido
ya!
Entre otros, recuerdan la luciérnaga.
Hacia algunos lustros que no la distinguían.
Aquellas simples y luminosas orugas de las que habían rescatado el ADN que, ellas
mismas impregnaron en los árboles, con la esperanza de sobrevivir.
Pero la contaminación lumínica
refleja un tornasol difícil de superar, y dificulta la reproducción de las
pequeñas larvas.
De repente, una gran explosión
iluminó el universo y, a los captores de los seres vivos en peligro de extinción,
les subió la serotonina.
ESCRIBE TU RELATO DEL MES DE
NOVIEMBRE (II): ITZIAR ITUÑO @ITZIARITUNO, ACTRIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario