Resiliencia

Brota en el lugar más insospechado. Un nacedero natural en medio de la nada. En silencio, la corriente horada la tierra, serpentea las dificultades, escollos y laderas hasta alcanzar el valle donde apaga la sed de prados y huertas. Conforma su realidad.

Contempla su obra y no puede ser más feliz. Representa años de continuo y meticuloso trabajo. De lucha titánica contra persistentes granitos que entorpecen su camino; pedruscos a los que también intenta horadar, por aquello de ponerse en el lado del otro.  

Baja con  la fuerza y el ímpetu de la juventud, nada lo puede detener. Todos los elementos trabajan a su favor y se  cree fuerte y poderoso ante cualquier adversidad que pueda  surgir.

Pero, pasa por alto otros factores. La existencia de unas mentes “privilegiadas” que persiguen otros objetivos,  que alzan un muro de contención  con el que frenan su impulso y acumulan todo el caudal para soltarlo a voluntad, “según necesidades”.

No se amilana. Se abastece de arroyos y arroyuelos y su curso, aunque no es tan caudaloso, abastece de suficiente humedad a su querida tierra que sigue siendo frondosa.

Corren malos tiempos y tendrán que apretase el cinturón… porque el agua permanece, todavía, contenida por el gran dique.

 

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Fotos: mis archivos