—De
entre las flores silvestres, la más sencilla y hermosa es la Amapola. Es fuerte. Lo mismo crece entre las mieses que entre los cardos -decía el Lirio silvestre
al Cardo Mariano.
—Gracias
a Dios que no me ha tocado de vecina. ¿Por
qué no la invitas al baile de graduación?
—Ella
te mira a ti. ¿No ves temblar sus pistilos cuando pasas cerca de ella?
—¿Estás
de guasa? no podría bailar ni un minuto pegado a sus pétalos. Además, bailaré
con la Dalia que me ha hecho un guiño que no puedo despreciar. Tendrás que acompañar
tú a la Amapola.
—Parece
una contradicción, pero ¡siempre me toca
bailar, con la más fea!
—No
te quejes, hacéis una pareja formidable.
De entre las flores silvestres, la más sencilla y hermosa es la Amapola. Crece fuerte y erguida entre las mieses o los cardos. El Lirio Silvestre la envidiaba y asi se lo manifestaba a Cardo Mariano quien más que envidia era animadversión lo que le hacia sentir.
Decidieron gastarle una broma para divertirse un rato. Lirio le insinuó que Cardo Mariano no se atrevia a invitarla al baile de graduación porque se echaba a temblas cuando pasaba cerca de ella. Cardo Mariano le envió una misiva a traves de Dalia, anunciandole que Lirio Silvestre se moria por bailar con ella.
Amapola, escuchaba a uno y leia al otro. Asentia a cada una de las peticiones y ambos quedaron convencidos de que habian sido aceptados.
Entre tanto, llamó a Cala y a Camomila y formaron un hermoso ramillete que desprendia una hermosa combinación de colorido con el que encandilaron a todos los componentes del baile a quienes no les importaba que ellas, por su insigne composicion no desprendieran olor alguno.
Cardo Mariano y Lisio Silvestre, totalmente descoloridos por la envidia y la rabia, aprendieron que no se puede menospreciar a nadie por la carencia de alguna de las cualidades que tienen otros.
De entre las flores silvestres, la más sencilla y hermosa es la Amapola. Crece fuerte y erguida entre las mieses o los cardos. El Lirio Silvestre la envidiaba y asi se lo manifestaba a Cardo Mariano quien más que envidia era animadversión lo que le hacia sentir.
Decidieron gastarle una broma para divertirse un rato. Lirio le insinuó que Cardo Mariano no se atrevia a invitarla al baile de graduación porque se echaba a temblas cuando pasaba cerca de ella. Cardo Mariano le envió una misiva a traves de Dalia, anunciandole que Lirio Silvestre se moria por bailar con ella.
Amapola, escuchaba a uno y leia al otro. Asentia a cada una de las peticiones y ambos quedaron convencidos de que habian sido aceptados.
Entre tanto, llamó a Cala y a Camomila y formaron un hermoso ramillete que desprendia una hermosa combinación de colorido con el que encandilaron a todos los componentes del baile a quienes no les importaba que ellas, por su insigne composicion no desprendieran olor alguno.
Cardo Mariano y Lisio Silvestre, totalmente descoloridos por la envidia y la rabia, aprendieron que no se puede menospreciar a nadie por la carencia de alguna de las cualidades que tienen otros.
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