EL ESPINO
Alzó el vuelo y se fue por un camino de espinos en flor, donde se encontró con un "Cardo" que más que "Mariano" era "Borriquero”. ¡Casi, casi, acaba con su vida!. La primavera la sangre altera por lo que un abejaruco fascinado por ella la reconfortó con su canto. La abeja, recuperada, retomó su camino, se alejó de aquel dañino espino, no olvidando jamás al fogoso abejaruco.
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